Hallan 4 cadáveres en corredor de indocumentados en California

Los bomberos lograron contener varios de los incendios de praderas en el sur de California y miles de evacuados pudieron regresar a sus casas, mientras las autoridades encontraron seis cadáveres calcinados cerca de México.

Agentes de la Patrulla Fronteriza hallaron durante un recorrido de rutina cuatro cadáveres en una zona boscosa cerca del cruce carretero Barrett, que está al oriente de San Diego y en las inmediaciones de la frontera con México, indicó la vocera de la organización, Gloria Chávez. El área está cerca de uno de los principales corredores de Ynmigrantes indocumentados que a menudo caminan durante horas y días para cruzar la frontera de Estados Unidos desde México. Las autoridades dijeron que habían hallado los cadáveres el jueves por la tarde pero que desconocían el momento del deceso y si las muertes fueron causadas por las llamas. Los cuerpos correspondían a tres hombres y una mujer. El área fue destruida por el llamado Incendio Harris, que se extiende hasta la frontera con México, y que mató a un hombre de 52 años de Tecate que se negó a salir de su vivienda cuando la zona fue evacuada el domingo. Los equipos de emergencia encontraron también dos cuerpos carbonizados en una casa destruida por los incendios, dijeron el jueves las autoridades, mientras las llamaradas se acercaban a miles de viviendas del sur de California a pesar de la disminución de los vientos y de un operativo masivo con aviones hidrantes. Hasta ahora, los incendios han causado tres muertes, aunque se han reportado siete decesos por otras causas relacionadas con las evacuaciones. Al menos 52 bomberos y otras 30 personas han resultado lesionadas. Las llamas han consumido al menos 197 mil hectáreas (760 millas cuadradas) y han destruido mil 800 casas desde el fin de semana. Unas 24 mil viviendas continúan en riesgo, aunque ha sido contenido casi el 30% de los incendios más graves en el condado de San Diego y en el centro de recreo del Lago Arrowhead en las montañas al este de Los Ángeles. A pesar de las muertes, había indicios de esperanza. Los bomberos aprovecharon que amainaron los vientos y bajó la temperatura para atacar varios incendios persistentes. Las autoridades permitieron el regreso de miles de evacuados a zonas de San Diego, y los albergues empezaron a vaciarse rápidamente. El alcalde de San Diego, Jerry Sanders, dijo que el albergue instalado en el Qualcomm Stadium será cerrado al mediodía del viernes luego de dar techo a unas 10.000 personas. El presidente George W. Bush observó los daños en la comunidad de Rancho Bernardo, una de las más afectadas en San Diego, y abrazó a una mujer que perdió su hogar. ``Queremos que la gente sepa que hay un mejor día adelante _ que hoy su vida puede parecer sombría, pero mañana la vida será mejor``, dijo Bush, quien poco antes declaró zona de desastre mayor a siete condados con lo que podrían recibir ayuda federal para la reconstrucción. Los meteorólogos esperaban que los vientos de Santa Ana, que azuzaron las llamas hasta transformarlas en una tormenta de fuego indiscriminada desde el fin de semana, desaparecieran completamente el jueves. ``Ello seguramente ayudará a los bomberos``, comentó el meteorólogo del Servicio Nacional Meteorológico Jamie Meier. Pero existían temores por la electricidad. Uno de los incendios cortó un tendido principal del servicio eléctrico conectado con Arizona, mientras que otro amenazaba al principal corredor de electricidad norte-sur que conecta a San Diego con el resto de California. Se estaba recibiendo energía adicional desde México, expresó el director de operaciones de la empresa Sempra Utilities, Michael Niggli. Unos 19.500 clientes se encontraban sin electricidad el miércoles debido a los cables caídos o a medidas que se tomaron para garantizar la seguridad de los bomberos, dijeron las autoridades. Empero, incluso con la merma de los vientos, el condado de San Diego sigue siendo una yesca. Los bomberos tuvieron que abrir cortafuegos en torno a los incendios más importantes en el condado de San Diego, aunque ninguno de esos cuatro incendios ha sido contenido en más de un 40%. Más de 8.500 casas siguen amenazadas por las llamas. Muchas aldeas, diseminadas por todo el condado, siguen al borde del desastre, entre ellas la región de Julian, donde decenas de casas fueron pasto de las llamas en el 2003. En el noreste, en las montañas del condado de San Bernardino y el balneario de Lake Arrowhead, los bomberos forestales dijeron que unas 6.000 casas se encuentran en el rumbo de dos grandes incendios que han destruido ya más de 300 viviendas. Ambos incendios siguen descontrolados, aunque son tratados con agua y material retardante por aviones y helicópteros que han efectuado más de 30 salidas desde el amanecer.


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